lunes, 12 de marzo de 2018

II


Vengo de un pequeño pueblo donde todo siempre era lo mismo; los mismos escenarios, el mismo y único centro comercial, los mismos rostros... Sí, siempre era lo mismo. No a muchos les gusta la vida rural, y lo entiendo, pero creo que depende del cristal con que lo mires, pues mientras unos lo ven como algo aburrido, yo lo veía con otros ojos; tranquilo. Por ello, lrogué a mis padres que, si tendría que mudarme, al menos me dejaran vivir en aquella vieja choza abandonada de mi abuela que se encontraba en las afueras de la ciudad.

Eran al menos 10 kilómetros de distancia de aquí a allá y finalmente había llegado; Jewel City. 

Wow, realmente la ciudad era otra cosa...

Tuve que recorrer el lugar con mapa en mano, buscando el nuevo colegio al que iría. Era una ciudad interminable. Tenía edificios gigantescos y una variedad increíble de centros comerciales. Definitivamente era elegante. Y con tantos parques, incluso resultaba acogedora. La gente se veía muy concentrada en lo suyo, todos parecían tener algo que hacer. Eso sí, era demasiada gente. ¿Cómo recordarlos a todos?

- Emerald Institute... - Al fin había llegado, y estar parado frente a ese lugar era... era...

Apenas dieron las 11:00 a.m. cuando llegué. Me detuve a contemplar las instalaciones; de arriba a abajo, de izquierda a derecha, por todos lados, embobado. Recorrí un pasillo enorme, lleno de trofeos, fotos de figuras importantes y reconocimientos, alumnos dirigiéndose a sus clases, todos usando uniforme... No me gustaba en lo absoluto, por más bien que luciera, mezcla de blanco, negro y esmeralda. Me daba gracia pensar que había llegado con mis prendas más usadas; mi gorra y chamarra favoritas, ambas rojas.

Al final del pasillo había un campo todavía más formidable. No dejaba de aparecer gente, todos haciendo diversas actividades. No sabía dónde posar la mirada. Tantas cosas se llevaban a cabo en esta ciudad y todas en tan poco tiempo, al mismo tiempo. Me resultaba alucinante.

Mis padres realmente se habían esforzado pensando en mí. Supongo que no haría mal hacer el intento.

- Yo sólo digo que hubiese sido adorable estudiar en un lugar así.

- ¿Y usar esos atuendos tan ridículos? Claro que no.

Alcé la mirada y pude divisar tres siluetas sobre el tejado. Muy escondidos, eran apenas unas sombras. 

- Qué molesto. No soporto que haya tanta gente.

- Eso se puede arreglar...

Bajaron de un salto, a unos pocos pasos de aquí. Se manifestaron con una seguridad repulsiva. Despedían una esencia putrefacta. 

Eran tres aves; dos urracas hembras de mediana estatura y un tucán macho de gran tamaño y grandes músculos. Comprendía que ésta era la ciudad de las joyas, pero ellos exageraban en accesorios. Tenían un plumaje purpúreo y la piel en extremo pálida, un aspecto sumamente irreal.

Juro que podía ver a través de ellos.

Los tres extendieron sus brazos, apuntando al campo. Una extraña luz rojiza comenzó a formarse en la palma de sus manos. Desprendían muchísimo calor. Actuaban como alguna especie de arma y aquella bola no dejaba de crecer.  

 - ¡Qué creen que hacen! - No lo pensé más. 

Regresaron a verme. Era la primera vez que una mirada bastaba para helarme la sangre. Y aquellos ojos rojizos... 

Quedé inmovilizado. 

Una de las chicas me sonrió y, en un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba casi pegada a mi rostro. Había permitido que colocara su mano frente a mi estómago. Liberó aquella extraña luz de energía, creando una explosión. Fue una gran caída.

Aterricé en medio campo, múltiples miradas de horror se posaron sobre mí. Se hizo un caos. Gritos por doquier, todos corrían despavoridos, huían. Yo era el único que permanecía en medio de este desastre, tirado en el suelo, más confundido que nada.

Me advirtieron que la vida en la gran ciudad sería muy ajetreada, pero esto era ridículo.

- ¿Estás bien? - Ese grito finalmente me devolvió a la realidad. Una chica vestida de porrista había corrido en mi auxilio. Se hincó a un lado mío, llevándose sus manos a la boca mientras me observaba por todos lados, horrorizada.

Quizá ya no tenía la fuerza suficiente para moverme, quizá sí lo pude haber esquivado, pero no contaba con que tendría que proteger a esta niña.

- ¡Cuidado! - Por lo cuál terminé lanzándome sobre ella, usando mi cuerpo como escudo.

Soltó otro gran grito cuando otro de esos ataques impactó contra mí, creando nuevamente una explosión. Aquel chillido zumbando en mis oídos y un dolor infernal. Apenas pude mantenerme consciente, pero ella estaba con bien.

Aunque ni siquiera podía alzar la mirada, era imposible ignorar aquellos hermosos ojos color esmeralda que expresaban tanta culpa.

- ... ¿Te... te encuentras bien? - Pregunté, sonriéndole en un intento por tranquilizarla.

Ella me sonrió en respuesta y me ayudó a levantarme. Seguí con mi amable sonrisa un par de segundos más, deparando por un breve instante en el rostro de aquella chica en apariencia tan linda y tan frágil.

Salí de mi bobo pensamiento y pronto hice que me soltara. Finalmente comprendió la gravedad del asunto y se fue, dudando, pero rápido. Éramos sólo ellos y yo. 

Y pensar que había prometido a mis padres no meterme en más problemas...

Volvieron a lanzar ese extraño ataque, esta vez los tres al mismo tiempo. Aunque esquivar resultaba difícil, era buena señal; aún podía moverme. Esas aves quedaron estupefactas al comprobar mi velocidad. No pude evitar sonreír con orgullo. 

Eché a correr y en cuestión de segundos llegué tras haber dado un gran salto. 

- ¿Creyeron que sería tan fácil? ¡No son los únicos que guardan sorpresas! - Grité, lanzando una gran patada a ambas chicas.

Una de ellas quedó tendida en el suelo del corredor, como sería natural. Pero aquella que cayó en el campo abierto, ¡repentinamente se desvaneció! Su cuerpo había desprendido un humo denso, sombrío, mientras que éste perdía forma, desapareciendo.

- Qué demonios está sucediendo con estos fenómenos... 

Un puño de fuerza sobrenatural aterrizó contra mi rostro. 

Había sido el gran tucán. Me hizo retroceder una distancia considerable, mis pies derrapaban contra el suelo. La sangre escurría por mi rostro, empapando mi mano temblorosa. Ya entendía que esto no era un sueño. 

Apenas recuperé el equilibrio, corrí hacia él. Al momento de regresarle el golpe, sonrió burlón a la vez que su imagen se desvanecía. Había fallado. ¡Qué velocidad! Segundos después, sentí cómo me tomaba del cráneo. Me lanzó contra el campo abierto. El impacto había sido fatal. Esta vez no pude soportarlo.

Caí boca abajo, ya no pude hacer más que alzar la mirada para ver a mis poderosos contrincantes. No lo podía creer.

La porrista volvió a gritar, así como nuevamente corrió en mi auxilio. Me admiraba su corazón, pero me odiaba al saber que sólo se estaba exponiendo por culpa de mi inutilidad.

Aparecieron frente a nosotros en cuestión de segundos, con esa sonrisa maliciosa tan propia de ellos. La chica temblaba. Se abalanzó sobre mí, abrazándome con gran fuerza. No podría soportar un golpe más. 

Su líder adelantó un paso. Alzó el brazo y, mientras formaba otra de esas bolas de energía, soltó una terrible carcajada. Éramos su premio. Cerramos los ojos con fuerza y nos pegamos tanto pudimos, esperando nuestro fin.

Pero se trató sólo de una burla.

Tras unos instantes de que no pasara nada, abrí los ojos, a tiempo para ver cómo se desvanecían por vez definitiva. Nos observaban con absoluta seguridad, triunfantes, mientras aquel extraño humo se desprendía de sus cuerpos. Sus rostros serían lo último que viera.

Cuando todo volvió a ser calma, los dos soltamos un gran suspiro, dejándonos caer contra el césped. Hubo un silencio eterno, pero el alivio era enorme.

- ¿Todos los días son así de intensos en este colegio? - Pregunté regresando a ver a mi nueva amiguita rosada de larga cabellera, en un intento por hacerle olvidar el catastrófico evento.

- Espera. ¿Acaso eres un nuevo estudiante? - Preguntó con una gran sonrisa sin siquiera percatarse de lo cerca que estaban nuestros rostros. - ¡Casi no hay erizos en este colegio! - Estaba tan entusiasmada que fue ella quien me hizo a mí olvidarlo todo. - ¿Dónde aprendiste a pelear así? ... ¿No serás uno de ellos, verdad? 

- ¡Por supuesto que no! - Exclamé bromeando junto con ella. - Son los secretos de un chico del extranjero, es todo. - Toqué mi nariz con mi dedo indice dos veces y le guiñé el ojo, indicándole que ahora éste era nuestro secreto. Ello ocasionó que se sonrojara levemente, al igual que a mí al percatarme de ello.

Rápidamente desvió la mirada. Hubo un breve silencio entre nosotros. Se levantó e hice lo mismo al temer haberla importunado. Por suerte, no fue así.

- Amy... - Se presentó agachando la mirada, extendiéndome la mano, tímida. - Gracias por protegernos, fue muy valiente de tu parte...

- Sonic... - Respondí tomando su mano, volviendo a sonreír. - Nada que agradecer, tú también fuiste muy valiente.

Agachó todavía más la cabeza, pero incluso así se sonreía para sí misma, un tanto nerviosa. Se veía muy linda de esa manera.

Insistió por llevarme a la enfermería, lo cual no era necesario, y se sorprendió al comprobar que era cierto, pues yo caminaba a su lado como si nada hubiera sucedido. Pero estuvo bien. Tuve una pequeña oportunidad para seguir un rato más con ella, conocerla un poco más y, claro, verla. Me causaba gracia cada vez que se impresionaba. Hacía muchas preguntas y me divertía dejarla con la duda. 

Sin embargo, entre risa y risa, no podía sacar de mi cabeza a esos tres sujetos. Su simple recuerdo me fastidiaba. La verdad es que mi cuerpo todavía me dolería bastante durante par de días después. Y esa forma de pelear era... ¿Quién demonios eran? ¿De dónde habían salido? ¿De verdad tendrían el poder necesario para destruir todo este lugar? ¿Pero con qué fin? 

Debo admitir que, por un momento, de verdad creí que moriría de manera tan absurda.

Pero lo que en verdad me tendría tan agobiado a partir de ese día, sería saber a dónde rayos se habrían ido.

Porque con certeza, regresarían.

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*12/03/2018
- Sam

6 comentarios:

  1. Creo que me confundí un poco e.o Bueno, esperaré los demás capitulos para quitarme la duda xDD Muy buen capitulo, Me pregunto quienes serán esos tucanes....
    Besos!(Dora)

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  2. Bueno al menos me ubique un poco XDD hohohoh en fin me alegro de que Sonic se curé rápido y esos tucanes del demonios se fueran O:< Oh Amy de animadora? LOLOLOL XD Ojalá la sigas pronto Sam está historia renta y su comienzo a sido muy bueno *OO*

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  3. JAAAAAAAA!! Sabia que era Sonic!! Ese erizo es tan peculiar y siiiiii!! El primer capi quede como wtf!! Primero pensaba ue era una chica, luego cuando vi el genero de la narracion supe que era un chico, luego pense que era Shadow, vamos su orgullo se huele a leguas xD pero no se deja vencer tan facilmente y baaam dijiste q el atacante tenia ojos rojos y velocidad y bamm me enrede de nuevo!! XD y ahora trato de buscarle conexion a la histotia de Sonic y la del primer capi y, y, y baaaaammm me enredo de nuevo y baaaaam no se xD me dejas con la intrigaaa se supone que soy yo la que deja con la intriga xD Ya se que se siente xD

    Ya quiero saber que sucederaa! Amo como escribes!!

    Alas y cohetes
    Twyleth

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  4. Me gustó mucho el capi, pero me dejaste un poco con la duda.

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  5. más intriga, más y más y más intriga >:c (?) xD
    está super bien el cap!! *-* uuuy sonic y amy se conocieron muajaja (?) y al final que habrá pasado con shadow en el capitulo anterior? O-o no me dejes con una intriga así! D:< (?)
    y repito, tu manera de redactar historias es increíble, debes enseñarme *3*

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  6. Te quedo super cuata!!
    Monic: Amy alejate de mi hermano!!
    Yo: calma aun no pasa nada
    Monic: hmp…
    Yo: ufff

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